Agotada / Sebástien

Había trabajado bastante aquel día, a algunos de los empleados les habían tocado el día de fiesta a la vez y eso había echo que los que nos habíamos quedado en el hotel tuviéramos que hacer el doble de cosas, eso era lo que no me gustaba a veces, los turnos se superponían y luego no había nadie que se aclarara con lo que debía y no debía hacer.

Por suerte había terminado, quizás eran las diez de la noche, las once, no estaba segura, yo había salido del hotel, a veces me sentía encerrada, vivía y trabajaba en el mismo lugar, podía ser monótono. Entre en aquel bar donde había estado ya incontables veces, una copa, música de fondo y algo de tranquilidad o eso me suponía. Me senté en la barra, dejando la fina chaqueta que llevaba en el taburete de mi lado y pedí una cerveza, no sabia porque me gustaba la cerveza, aun no entendía como había pasado de odiarla hacia unos años a que ahora me gustara beberla cuando tenia algún momento de relax.

Después de darle un trago a la cerveza directamente de la botella escuché una voz digamos mínimamente conocida, era Sebástian, bueno no le conocía demasiado o bueno no de un modo llamemosle “normal”.

Cuando volvió a decir aquello no pude evitar mirarle de un modo distinto al de antes, mi sonrisa había desaparecido levemente y volví a dar un trago cuando él lo hizo. Dejando luego la cerveza en la barra y poniendo una mano en su brazo – Mira quien hablo, el que acaba de pedir un Bloody Mary y le da tal trago que si lo diera yo ya me tendría por los suelos – dije medio sin sentido, hablaba demasiado sin dudas, pero estaba bromeando un poco.

Que me llamara Sammy me hizo reír levemente, no solía dejar que me llamaran de ese modo, me hacia sentir demasiado niña, aunque muchos decían que lo parecía, por mi rostro, mi cabello, bueno, ciertamente no me gustaba parecer una niña o al menos que la gente se pensara que era como una niña.

Reí con él, al menos no estaba tan cansada como para o dormir, y que narices, me lo pasaba bien con Sebástien. Solté un suspiro después de reír de aquel modo, volviendo la botella a mi mano y dándole otro pequeño trago mientras le miraba a él de reojo. – Como no dejes de mirarme me voy a tener que mirar en el espejo por si llevo mal el pelo o el maquillaje – bromee guiñándole un ojo después de manera complice.

No pude evitar que mis mejillas tomaran un tono cada vez mas parecido al de mi lápiz labial cuando escuché lo que dijo, yo siempre pensaba que tenia mucha cara para hablar, que siempre podía decir cualquier cosa pero luego cuando me decían alguna cosa como esa no sabia que decir a continuación así que simplemente aparte la mirada sabiendo que estaría sonrojada.

Volví a dar un trago a mi bebida, esta ves mas largo, como intentando que me bajaran los colores por lo que él había dicho, pero después le volví a mirar, de arriba a bajo, no podía evitar sentirme atraída por él, la cabeza se me iba solo de pensar en el mas cerca de mi, dios en mi mente me estaba empezando a plantear como podía pensar aquello pero bueno, que mas daba si me atraía me atraía no era nada malo. Seguía mirándole sin importarme que se diera cuenta de que lo miraba como si fuera comestible.

Su pregunta no me pillo por sorpresa, vamos era mas que obvio que estaba pensando, mi mirada lo decía todo, o casi todo de lo que pensaba en esos instantes, no se porque terminábamos de ese modo Sebástien y yo, pero no creía que fuera nada malo, lo pasábamos bien y luego no habían problemas entre nosotros, quizás todo demasiado bueno.

Me acerque a él, aun sin bajar del taburete, simplemente mi cuerpo se inclino de forma leve hacia el suyo, dejando mi aliento sobre sus labios a no demasiada distancia, entonces hablo y le miré a los ojos alejándome algunos centímetros – En que eres un maldito idiota – dije, que me hubiera dicho aquello quizás me había mosqueado un poco, ¿Qué mas le daba lo que pensara?, me gire volviendo a separarme para dar otro trago, era orgullosa como para decirle algo tan evidente como aquello.

Yo seguía sin observarle, intentando hacer como si no estuviera allí, aunque eso no duro por mucho ya que empezó a tocar mi cabello para luego llegar a rozar sus dedos con mi cuello, mi piel se erizo al notar las yemas de sus dedos pasearse por allí, le miré, mordiéndome el labio inferior para que un maldito suspiro no saliera de entre mis rojizos labios.

Otra pregunta mas, parecía que a Sebástien aquel día le había dado por preguntar de todo, volvió a rozar con su dedo mi cuello, ahora no lo pude evitar y solté un entrecortado suspiro y después le miré – No me retiene nada, solo que empiezas a hablar mas que yo – dije casi protestando

Rodee los ojos al escucharle, no era que yo fuera de ese modo, que fuera una borde, sino todo la contrario yo siempre solía ser de las que ponía una sonrisa en el rostro de los demás, quizás ese no era mi día o quizás estaba demasiado cansada como para poder seguirle bien el rollo a Sebástien.

Le miré de reojo, viendo como bajaba del taburete y poco después dejaba el billete encima de la barra, al menos ese día no me tocaría pagar, aunque no me resultaba bien que él se fuera de enfado o algo por el estilo ya que bueno, lo normal hubiese sido que hubiera respuesto a sus preguntas y después hubiera terminado por besarle, que mas daba, ya se iba, tarde para arrepentirse.

Pero entonces cuando estaba ya dando el ultimo trago a mi cerveza vi como se volví a asentar mascullando palabras, reí levemente después de tragar mirándole, ahora si con una de mis enormes sonrisas – Deberé sentirme afortunada de que te quedes a ¿defenderme? – dije aun sonriendo.

Sonreí cuando dijo que eso ayudaría, simplemente asintiendo después algunas veces y dejando de mirarle unos segundos para seguidamente volver a mirarle, de nuevo quizás con demasiado entusiasmo, pero no me cansaba de hacerlo, creo que podía a empezar a considerarlo un pequeño vicio.

Cuando note que me tomaba la mano bajo la barra me sorprendí gratamente, le miré ahora de manera mas inocente que antes sin duda, ahora tenia una pequeña sonrisa bailando en mis labios – Y ahora puedo besarte? – pregunté, no sonó como algo muy al estilo de lo que solía decirle, quizás sonó mas inocente de lo normal

Al ver su afirmación sonreí algo mas ampliamente, supuse que él sabia que no me rendiría hasta que no me dejara hacerlo, si algo se metía en mi cabecita tenia que cumplirse o sino solía picarme, eso me convertía, al menos en mi opinión en una caprichosa.

Me acerqué quizás poco a poco, no estaba segura, creo que me gustaba que él también me deseara por lo que primero tan solo roce mis labios con los suyos aun observándole, pasando mis manos ahora yo por su cuello y proporcionando también un suave roce con las yemas de mis dedos en toda la zona.

No pude mas que sonreír en sus labios al sentir como tomaba mi brazo y me besaba de aquel modo, había conseguido lo que quería, no ser la única que deseaba aquello. Me pego mas contra él, quedando yo ya de pie sin estar en el taburete, y sin separar mis labios de los suyos en aquel beso que realmente tenia bastante claro como terminaría. Hablaba demasiado, hasta en aquellos momentos frases sin sentido salían entre mis labios topando con los suyos, realmente no tenia importancia lo que decía. Mis manos se pasearon ahora en su cabello, entrelazando mis dedos allí separándome unos segundos para poder tomar aire.

Una leve risa salió de mis labios al sentir como sus labios estaban en mi cuello y al escuchar aquellas palabras que dijo antes de volver a posarlos encima de los míos, no lo podía evitar, era mayor a mis fuerzas el querer tenerle cerca en aquel momento, le agarre del cuello de la camisa mientras profundizaba mas en aquel beso, pero el termino por separarse, creo que le miré con mala cara por aquello, no me gustaba que se apartaran cuando lo estaba pasando bien.

Suspiré por sus palabras, quizás tenia razón, no era de “señoritas” estar de ese modo en medio de un bar – A ti también te están viendo – dije quejándome un poco y separando mis manos de él para acomodarme el cabello un poco y le mire como preguntándole ¿Y ahora qué?

Le miré, algo seria mientras me acomodaba él el cabello y me decía aquello, quizás tenia razón, bueno la tenia, si una mujer se la veía de esa forma era directamente una zorra o algo peor, si era un hombre tan solo le felicitarían por llevarse a cualquier mujer a la cama, así eran las reglas del juego supongo.

- Hummm - dije poniendo cara pensativa después de que él preguntara, quizás haciéndome la boba. – Pues vamos a salir de aquí y vamos a seguir con lo que se interrumpió por culpa de los mirones de este bar que desearían estar en tu lugar – dije en el mismo tono que él, sonriendo de lado después

Le miraba de reojo des de mi nueva posición debajo del brazo de Sebástien, ¿Qué a donde me llevaba?, suspire, pues no tenia ni idea, miré al frente mientras andábamos, aun sin decir palabra sobre donde ir, pero ya estábamos fuera del local, tenia que pensar unos segundos,

Le miré de nuevo y me encogí de hombros levemente – Al hotel, tenemos opciones, déjame que las piense, tu habitación, mi habitación – dije bromeando un poco y volviendo a dejar de mirarle, me daba quizás mas igual de lo que él creía donde me llevara, yo no creía que mereciera muchas cosas mucho mejores como él había dicho antes.